miércoles, 3 de enero de 2007

18 abril de 2006

Fueron 4 dias de Semana Santa los q pasamos en nuestra vecina Portugal, un pais que tiene sus similitudes con España, dada su cercania, pero que a la vez tiene unas costumbres propias bastante arraigadas.
Como el viaje era largo comenzamos nuestro recorrido hasta Salamanca, a casa Paty, parando antes en Palencia para comer en la colina del cristo. Salamanca ciudad universitaria que siempre impresiona al viajero por sus calles, monumentos, iglesias, vida nocturna...
Amanecio un dia buenisimo y despues de desayunar emprendimos el viaje a tierras lusas, llegamos a la frontera de Villar Formoso, donde todavia se encuentran las cabinas de la aduana sin ningún tipo de funcion, tiendas y gasolineras a ambos lados de la frontera, como en cualquier paso aduanero internacional. Por cierto, echar gasolina antes de pasar la frontera, en Portugal es hasta 10 ctmos mas cara.

OPORTO

Por fin llegamos a nuestro primer destino, OPORTO, y despues de dar 10.000 vueltas por fin encontramos el albergue, estaba muy bien, con una vistas increibles a la desembocadura del rio Douro, Duero en España.
Eran sobre las 3 y ya habia hambre, fuimos andando hasta el centro de la ciudad que nos quedaba un poco lejos.
Comimos en el primer restaurante que vimos. Una cocina tradicional buenisima, tipica de una ciudad marinera. el plato tipico es el bacalao, con distintas formas de cocinar: a la brasa, desmigao con patata cocida y natas... tambien recomiendo el arroz caldoso con pulpo, una pinta esquisita. Solo una pega: las ensaladas, son con pepino y el vinagre de vino tenia un sabor q no me gusto demaseado. Dos cosas que hay que saber: igual que en Italia te cobran el cubierto, sobre 2€, y nada mas sentarte a la mesa te ponen un tentempie, si lo comes te lo cobran, entre 5 y 8€, a base de tarrinas de mantequilla, queso y jamon serrano bastante salado con aceitunas negras. Ah y por lo general no hay postre.
Continuamos dando un paseo por todo el puerto con las tipicas casas portuguesas con la ropa tendida al sol, terrazas para tomar un cafe o un refrigerio y al fondo el puente de Luis I, un robusto puente metalico de doble altura, en la parte de abajo circulacion de coches y peatones y en la parte superior el tren a la vez que viandantes.
Al otro lado del rio Duero, la ciudad de Gaia, con una vista impresionante a Porto. Aqui es donde se encuentran todas las bodegas con denominacion de origen de VINO DE OPORTO. Cada bodega dispone de una barca decorada en el rio, que hace una vista bastante peculiar. Las bodegas son como una especie de museo q se pueden visitar, te cuentan todo el proceso de elaboracion asi como la degustacion de vino. Si compras alguna botella la visita es gratuita, sino te cobran 3€. Los precios del vino van desde la mas barata, 14€ un tinto de 8 años hasta 105 de un Vitage que envejece en botella y que aumenta el precio con el pasar de los años.
Llego la noche después, cenamos con unas vistas a un duero iluminado y en el que se reflejaban las farolas del puerto. Los horarios de los restaurantes son muy distintos a los españoles, alli el horario habitual es de 12.30 a 14 y de 20.30 a 23, despues de esa hora ya no se puede comer. Despues de cenar, nos disponiamos a tomar una copa, pero fue imposible, oporto carece totalmente de vida nocturna, si quieres ir a tomar algo tienes que ir a la zona industrial, fuera de la ciudad, en plan chun chun, y otras discotecas para "quedarse a dormir", a buen entendedor...
Y amanecio otro dia, viajes en tranvia, que recorrian gran parte de la ciudad, por 1.35€/ billete en los q el iva que le gravaba era del 21% y en la comida el 12%. Destacar tambien de Oporto, las callejuelas, el palacio de la bolsa, edificios religiosos y la torre de los clerigos, el punto mas alto de toda la ciudad, para ver esta vista hay que subir 226 escalones, que se van estrechando a medida q vas subiendo, hasta el punto q solo entra una persona y hay que irse parando continuamente en las esquinas para dejar pasar a otros visitantes, por cierto turistas que casi todos eran españoles de todas las comunidades, y es que a veces daba la sensacion que estabamos en España.

Asi concluyó, nuestro visita a Oporto. En definitiva una ciudad con encanto especial, que se puede visitar perfectamente en un dia, donde dar largos paseos por el puerto, algun que otro viaje en tranvia, comer de forma tradicional y perderse por sus callejuelas. La mayor pega no hay vida nocturna.

VIAJE A LISBOA.

Ya era sábado, y emprendimos el viaje a Lisboa, carreteras interminables llenas de peajes y nacionales que son como las carreteras comarcales de España llena de baches y curvas.
La primera parada la hicimos en Fatima, lugar de peregrinación y de fervor religioso, una esplanada inmensa, y una basilica blanca lo describian. Ya en el pueblo miles de tiendas religiosas que hacen el negocio religioso como en cualquier lugar de las misma caracteristicas.
Continuamos para comer en Nazaré, una ciudad turistica de la costa, edificios claros bajo un sol de justicia, la dotaban de una luz especial. Una playa inmensa similar a la de laredo, con un paseo q la bordeaba y un mar atlantico furioso. llamaba tambien la atencion los lugareños con una vestimenta regional y unos zapatos peculiares secaban pescado al sol que vendian a los viajeros.
Posteriormente seguimos bordeando la costa atlantica conociendo pequeños pueblos costeros con encanto turístico hasta llegar a Sintra, ya muy cerca de Lisboa. En Sintra se respira un aire especial, una ciudad de magia como la ficticia Camelot, grandes bosques llenos de pajaritos piando y un silencio sepulcral. Eran las 17.30 y la ultima visita a los castillos era a las 17, por lo tanto nos quedamos sin ver el castillo de las dos penas, el de montserrat.....

LISBOA

Lisboa, la capital de Portugal, implicaba caos circulatorio, cientos de carreteras q se unian y se bifurcaban, A1, A8, IP1, Ip5, IP23.... tardamos en encontrar nuestra lugar de morada un buen ratito, menos mal q la gente portuguesa es muy amable, se entiende perfectamente el idioma y ellos a nosotros tambien, eso sino encuentras a gente q sabe español perfectamente, que son muchos.
Era la hora de cenar, en lisboa los camareros hacen una labor comercial para captar clientes. te paran cuando pasas por delante ofreciendote cenar por un modico precio productos muy buenos, pero despues te pegan el sablazo. Cenamos en la terraza de un restaurante que se llamaba torremolinos, como decia el camarero se hablaba portugues con acento andaluz, musicos en la calle q se ganaban el dinero tocando y cantando amenizaban la velada.
Lisboa es completamente distinta a Oporto, hay un refran popular portugues que dice: mientras oporto trabaja, lisboa se divierte. era totalmente cierto: calles llenas de gente, la zona alta completamente llena de bares bastante chic y tambien alternativos con musica en muchos chilout y en otros ambiental. En lisboa no es raro que te paren por la calle y te ofrezcan hachis, chocolate, etc, es mas era de forma continúa. Decimos ir a dormir, estabamos muy cansados, ademas teniamos q tener cuidado con las calles donde nos metiamos, llenas de pobres y gente muy rara que te miraba como si te fueran a atracar.
llego nuestro ultimo dia en Lisboa, un vista rapida por la ciudad, un viaje en un catamaran q nos cruzo el rio Tajo hasta Seixal, visita a la torre de Belem, los restos de la expo de portugal del 98 y el recorrido completo en coche por el puente vasco de gama completaron el viaje.
Me da la sensacion como que no he descubierto lisboa totalmente, estuvimos poco tiempo en la ciudad y nos quedaron muchas cosas por ver. Como anecdotas destacables dormimos con un esquizofrenico y nos saltamos un peaje por las sirenas, luces y sonidos que saltaban cuando no paramos, nos dimos a la fuga por el carril de residentes, jaja.

Asi termino el periplo luso, un viaje de cuatro dias a nuestra vecina y gran desconocida Portugal en u n regreso bastante agotador.

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